Colosenses 1:13-14
"Él nos ha liberado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados."
Comprender el poder de la sangre de Cristo y su impacto en nuestras vidas nos transforma y nos inspira a vivir una vida que honra a nuestro Señor Jesucristo. Al reconocer los atributos de ser redimidos por su sangre, entendemos que su sacrificio nos limpia, nos da acceso al Padre, y nos brinda justificación y paz.
1. Nos limpia de nuestros pecados y nos da acceso al Padre
La sangre de Cristo es esencial para nuestra redención; como se afirma en Hebreos 9:22, "No hay expiación ni perdón de pecados sin el derramamiento de sangre." Solo mediante su sacrificio podemos acercarnos al Padre y vivir en santidad.
2. Nos justifica
Romanos 5:9
*"Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira."
Su sangre nos declara justos ante Dios, liberándonos de la condena y la ira. Su sacrificio es la base de nuestra salvación y la prueba de su amor inmenso.
3. Nos da paz por medio de su sangre
Colosenses 1:20
"Y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz."
Su sangre no solo borra nuestros pecados, sino que también trae paz a nuestras vidas. A través de Cristo, vivimos en reconciliación y armonía con Dios y su creación.
4. Remitió nuestra culpa
Mateo 26:28
"Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados."
La sangre de Jesús es el fundamento de un nuevo pacto. Nos libera de la culpa y nos da la oportunidad de vivir en libertad y gracia.
Cuando entendemos el poder de la sangre de Cristo y cómo nos ayuda en nuestro caminar con el Señor, reconocemos que su sacrificio fue nuestra victoria. Su resurrección nos ha dado acceso directo al Padre y la seguridad de que no somos mendigos ni esclavos, sino herederos e hijos del Rey de Reyes y Señor de Señores.
Gracias a la sangre de Cristo, hoy somos libres, justificados y en paz.
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