Sanando el Rechazo con la Palabra de Dios
- Mkubo Digital
- 1 jul
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El rechazo es una de las heridas más dolorosas que puede experimentar el ser humano. Puede venir de muchas formas: el abandono de un padre, la traición de un amigo, la indiferencia de una pareja, o incluso el rechazo dentro del mismo ministerio o comunidad de fe. El enemigo usa el rechazo para sembrar mentiras como: “no vales nada”, “nadie te quiere”, “no eres suficiente”. Pero Dios tiene la última palabra sobre tu identidad y tu valor.

1. Jesús también fue rechazado
El Hijo de Dios conoce el dolor del rechazo. Dice Isaías 53:3:
“Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto…”
Jesús fue rechazado por los suyos, por su nación, por los líderes religiosos, incluso por sus discípulos en momentos de debilidad. Pero su confianza no estaba en los hombres, sino en el Padre.
2. Eres aceptado en Cristo
Efesios 1:6 nos recuerda:
“…para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado.”
Aunque otros te rechacen, en Jesús has sido aceptado y amado eternamente. Tu identidad no se define por las opiniones de los hombres, sino por la obra redentora de Cristo.
3. Dios te sana y te restaura
El Señor no solo nos comprende, sino que sana nuestras heridas. Salmo 147:3 dice:
“Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.”
Él no ignora tu dolor. Lo recoge, lo escucha y lo transforma. En Su presencia puedes llorar, descansar y comenzar un proceso de sanidad verdadera.
4. Perdona y suelta
Muchas veces, el rechazo produce raíces de amargura. Pero Hebreos 12:15 nos advierte:
“…mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe…”
Perdonar no significa justificar el daño, sino liberar tu alma del poder que ese rechazo tiene sobre ti. Dios pelea por ti cuando tú sueltas.
5. Tu propósito sigue intacto
El rechazo no cancela el plan de Dios. José fue rechazado por sus hermanos, vendido como esclavo, pero Dios usó todo para bien. Génesis 50:20 dice:
“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien…”
Dios usará el rechazo para redirigirte, fortalecerte y llevarte a tu destino profético.
Oración para superar el rechazo
Señor, hoy vengo ante Ti con las heridas del rechazo. Tú conoces mi corazón, mis lágrimas y los momentos en que me he sentido solo(a). Ayúdame a recordar que soy amado(a) por Ti, aceptado(a) en Cristo, y que mi valor está en Tu Palabra. Sana mis emociones, restaura mi confianza, y enséñame a perdonar. Gracias porque aunque otros me rechacen, Tú nunca me dejas. Amén. Pastora Jadira Garcia
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